El ajuste ‘arroja a la pobreza a millones de iraníes’

09/Feb/2011

Infobae

El ajuste ‘arroja a la pobreza a millones de iraníes’

9-2-2011
La eliminación de subsidios a la energía y a los alimentos es una solución de urgencia a la falta de una política económica “digna de ese nombre”, sostiene un informe publicado por la revista Afrique-Asie
La medida, decidida en diciembre pasado y que busca reducir el consumo de ciertos productos, en particular la gasolina, agrava “los efectos de las sanciones internacionales que empiezan a golpear seriamente a la economía”, afirma el artículo.
El precio de ese combustible se multiplicó por 4 y el del gasoil por nueve. La electricidad, el kerosene, el pan y la tarifa del agua seguirán aumentando como consecuencia del plan de austeridad, calificado por el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, como “cirugía económica histórica”, según esa costumbre de los regímenes autoritarios de presentar las medidas antipopulares como verdaderas gestas.
También Ahmadinejad pretende que su plan favorece a las capas más carenciadas de la sociedad, puesto que el recorte permitirá ahorrar dinero público. “De hecho, dice el informe, los más pudientes en absoluto percibirán estos recortes sombríos, mientras que los pobres sentirán en lo más vivo la austeridad que se traduce en una reducción global de la asistencia estatal”.
El ajuste debería aportarle a las cajas del Estado unos 100 mil millones de dólares. Pero también puede desencadenar protestas sociales y es por ello que el régimen se cura en salud, acentuando la represión. “Las detenciones, las torturas y los castigos inhumanos, tales como las amputaciones, hacen furor, denuncia Afrique-Asie. Las condenas a muerte se han multiplicado desde el anuncio de la supresión de los subsidios”.
Como compensación al alza de los precios, el gobierno ofreció un pago bimensual de 70 dólares para una parte de la población afectada; inyección de fondos que podría incrementar aún más la inflación. El año pasado, el Majlis (Asamblea consultiva o Parlamento iraní) había previsto que la misma llegaría al 60% debido a la eliminación de los subsidios.
En cuanto al desempleo, las estimaciones privadas lo ubican en un 25%, mientras que la cifra oficial es de 14,5 por ciento. Y muchas pequeñas empresas están en riesgo de quiebra por el incremento del precio de la energía.
“La supresión de las subvenciones hizo trepar los precios de muchos productos, en particular el del hilo, lo que lleva a un alza del textil”, dijo un comerciante a Afrique-Asie.
“Un año después de los desórdenes que hicieron temblar al país, el régimen busca, a la vez que embolsa sumas exorbitantes, arrojar a la pobreza a millones de iraníes, esmerilando así a la clase media, la que precisamente fue punta de lanza de la protesta”, dice el artículo.
Pero un comerciante del bazar de Teherán declaró a la revista: “Después de todo, con estas medidas económicos y sus anuncios de ejecuciones en la horca, el poder está cavando su propia fosa a toda velocidad”.
La economía podría ser efectivamente el talón de Aquiles del régimen. “El gobierno de Ahmadinejad podrá maquillar todo lo que quiera la reciente alza de precios en los surtidores aumentando los subsidios a la gente, ¡no alcanza para alimentar a la familia!”, dijo un taxista indignado a la corresponsal del diario Le Figaro en Teherán.
“Mis ventas están en caída libre”, dijo al mismo medio un vendedor de alfombras del gran bazar de la capital iraní, que culpó por esa situación a “la actual política económica artificial en la cual los petrodólares están reservados para la ‘base’ del régimen, es decir las familias de los milicianos basidji y la gente del campo, en detrimento de la clase media”, que es su principal clientela. En cuanto a los extranjeros, cada vez son menos numerosos en frecuentar el mercado. “No los culpo, dice el hombre; cuando un país encarcela a senderistas estadounidenses y a periodistas alemanes, ¡no dan ganas de venir de visita!”.